microrelatos
¡Vamos, Gatos!

Por enésima vez ensayó
con los pompones mientas chillaba lo de dame una G, dame una A, ahora
una T, blah, blah, blah. Se lo sabía perfectamente y si con su nueva
agilidad felina no entraba en el equipo de animadoras iba a matar a
alguien. Metafóricamente, claro.
Bajó a la cocina donde
su madre la esperaba con el desayuno. Un bol para ella, tortitas y una
taza de café que su madre sujetaba pensativa. Al verla bajar le lanzó
una mirada reprobatoria.
— ¿A dónde se supone que vas así?
— Tengo las pruebas hoy, Joyce — Nina se sentó a la mesa y contempló las tazas rebosantes de sangre tibia y las tortitas—. ¿Por qué sigues cocinando?
— Porque tenemos que aparentar normalidad. Y bien, genio, ¿cuál es tu superplan para hacer la pruebas a pleno sol sin desintegrarte?
— Tengo las pruebas hoy, Joyce — Nina se sentó a la mesa y contempló las tazas rebosantes de sangre tibia y las tortitas—. ¿Por qué sigues cocinando?
— Porque tenemos que aparentar normalidad. Y bien, genio, ¿cuál es tu superplan para hacer la pruebas a pleno sol sin desintegrarte?
Nina contempló el
soleado día que se intuía a través de los espesos cortinones. No había
caído en eso cuando le suplicó a su madre que la convirtiera.
— ¡Oh, mierda!
Escrito para Reto Vampiros en todas partes - Reto 3 - Problemas adolescentes (viñeta en 200 palabras) de Wattvampiros
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